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¿Adónde vamos?

El primer paso es decidir qué queremos hacer, adónde queremos ir.

Hagamos lo que hagamos, debemos elegir siempre una actividad adecuada tanto a la experiencia y las características de las personas que van a realizarla, como al estado de la nieve. 

Para un día de invierno, primero se prevén y comprueban las condiciones y luego se decide la actividad.

Debemos tener en cuenta

  • Las condiciones de la montaña, en especial el manto nivoso y el peligro de aludes. Las rutas de verano muchas veces discurren por parajes muy expuestos a los aludes, por lo que hay que informarse correctamente de cuáles son las rutas invernales más seguras.
  • La ausencia de caminos y señalización que desaparecen bajo la nieve durante el invierno. Será por tanto imprescindible interpretar bien el mapa y los accidentes geográficos para orientarse. 
  • Qué medios para desplazarnos sobre la nieve vamos a emplear: raquetas, esquís de montaña, a pie con crampones y piolet, escalada en hielo, etc.
  • La experiencia y el hábito del grupo en la práctica del montañismo invernal y en ese medio de desplazamiento.
  • La forma física y la motivación de los componentes del grupo. 

Para informarse

  • No bastará con guías o libros con recorridos de verano: deberás buscar información concreta del recorrido o lugar en invierno.
  • No son muchas las publicaciones sobre recorridos en montaña invernal, aunque las que hay suelen aportar información precisa y segura.
  • Si no encuentras propuestas para la zona que te interesa, seguramente buscarás información en Internet. Pero recuerda que debes contrastar muy bien la información que encuentres y tener mente crítica con la información que seleccionas, pues es mucha la que hay y muy subjetiva. 
  • Si Internet no resuelve tus dudas, intenta que gente con experiencia de la zona te asesoren (guardas de refugios, empresas de guías, etc.).